Bienvenida

Divulgación de psicología orientada a la resolución de problemas.
Este blog trata de emociones, conducta, personalidad y relaciones humanas.
Cada haiku es una condensación respecto a una definición, o a una idea.
Los textos son herramientas de reflexión. Explican el origen del haiku, pero su sentido se lo da cada cual.
Si buscas información para entender el comportamiento, espero serte útil.
Cualquier comentario es bienvenido.

sábado, 23 de febrero de 2013

Haiku 10


Un sordo no distingue los silencios incómodos

Haiku 10. de la independencia mental y del aislamiento

¡Qué diferente es la percepción de la conducta según sea vista desde dentro o desde fuera! La personalidad aislada se ve a sí mismo como observadora, auto suficiente, espectadora de un mundo en el que cree no intervenir. Los demás sin embargo suelen considerarlas personas solitarias, raras, apagadas u hostiles y sin sentido del humor. Ellos se sienten más libres, cómodos y seguros cuando están solos, y no creen transmitir incomodidad a los demás cuando están en compañía porque piensan que los otros, como ellos mismos, no están incómodos. Y es cierto que generalmente no se les percibe como un ser que se siente incómodo, sino más bien como un ser distante y extraño.

No todos los aislados son iguales, por supuesto:  hay algunas personas más incomunicadas, otras que se comunican pero de una forma muy impersonal; algunos son aislados pero no son hoscos sino más bien apáticos. Por último algunos son abiertamente distantes. Todos tienen en común la dificultad para percibir los detalles sutiles de las relaciones.

Aislamiento voluntario


Este componente mental de aislamiento social no hay que confundirlo con el aislamiento voluntario: diferentes seres humanos pueden tener en común una necesidad de independencia mental que les hace apartarse de las reuniones sociales o de los actos multitudinarios, por ejemplo. Puede tratarse de personas empáticas, sociables e incluso emocionalmente dependientes,  lo que lleva a la aparente paradoja de un ser humano atento, amable, siempre dispuesto... que disfruta de la soledad escogida o de actividades solitarias, como leer o pasear. Tampoco hay que confundirlo con la personalidad tímida. No. La personalidad aislada  lo es porque no percibe los indicios del entorno en los que se reclama afecto, o los percibe de una forma racional, analítica. No son simpáticos ni antipáticos; son simplemente ausentes en la comunicación.

Como en todos lo perfiles de personalidad, en la personalidad aislada se dan importantes diferencias en función del nivel de inteligencia, entendida como un conjunto de recursos para interpretar las demandas del medio.  En los menos socializados además de presentar un lenguaje pobre, lleno de muletillas y de palabras que sirven para significarlo todo, y monótono, se da frecuentemente el caso de que miran poco a los ojos; su mirada es huidiza sin razón aparente.

Todos los tipos de personalidad aislada tiene escasas amistades, todas ellas funcionales, ilusoriamente desprovistas de vínculos emocionales (solamente racionales o intelectivas). Y digo "ilusoriamente", porque los seres humanos, como veremos, necesitan de la relaciones interpersonales para garantizar la salubridad de su mundo mental. Independientemente de su nivel de inteligencia suelen ser indiferentes tanto a la crítica como al  elogio, lo que hace que su convivencia sea difícil porque pueden emitir críticas sin ningún tipo de filtro.

Como sienten escaso o ningún placer por casi todo, frecuentemente son personas delgadas, a menudo enjutas. Hoek (1996) estudió la relación entre este tipo de personalidad y la exposición prenatal al hambre, durante el bloqueo nazi del oeste de holanda entre el 1944 y el 1945. Las mujeres residentes embarazadas en el primer trimestre de gestación incrementaron de forma estadísticamente significativa el nacimiento de personas con este perfil.

La necesidad del ser social


Ahora bien: la naturaleza humana es necesariamente social; los vínculos con los demás aumentan nuestra capacidad de supervivencia y nuestra percepción de felicidad. La personalidad aislada no percibe esas necesidades, pero eso no quiere decir que no las tenga.

Las personas que se emparejan con una personalidad aislada padecen a menudo la tensión de darse perfecta cuenta de las carencias de su pareja y una frustrante incapacidad para hacérselo notar. Es fácil que la pareja funcione con suavidad si el otro componente es también anampático, es decir, tiene facilidad para "desconectarse" de las emociones de los otros, facilidad para crear distancia. Siendo así funcionan casi como una sociedad limitada. Si la pareja es empática entonces precisa ser una persona con mucha energía, muy dinámica y dispuesta a "llevar la voz cantante".

El ámbito de intimidad de ese tipo de relación puede resultar muy satisfactorio, porque las personas aisladas, a través de su experiencia en su relación con el mundo, han aprendido la necesidad de compensar su independencia mental y suelen hacerlo a través de la generosidad. Además son parejas fieles y con una enorme capacidad de trabajo, consecuencia de su natural habilidad para la concentración. También tienen una gran facilidad para el control de la compulsividad, lo que facilita la estabilidad comportamental.

Convivir con personas de estas características puede ayudarnos a descubrir cómo disfrutar de las cosas sin exceso.




sábado, 16 de febrero de 2013

Haiku 9


La confianza es una columna de humo en una bolsa de tela. Si abres para mirar se desvanece.

Haiku 9. de la sospecha

Vaya por delante que la normalidad en psicología no existe, sólo la patología. Es decir;  podemos diferenciar la personalidad cuyo comportamiento dificulta o  impide el normal desarrollo de la vida diaria, pero es imposible concretar los criterios para definir aquello que "es normal".

Veíamos en una entrada anterior  los factores básicos de la personalidad de  Eysenck : extraversión,  estabilidad emocional y empatía (y sus límites opuestos: introversión, neuroticismo y anampatía). Costa y McCrae va a proponer dos más: responsabilidad y apertura mental. Todos esos factores tal vez puedan explicar lo que tienen en común los diferentes tipos de personalidad. Pero: ¿cuántos tipos de personalidad hay?

Tipos de personalidad...


Bueno, podemos distinguir la personalidad patológica. No lo hemos dicho todavía, pero la patología es un extremo de la normalidad; es decir: la extraversión patológica es extrema, la neurosis patológica también es extrema... La personalidad patológica es el extremo de la personalidad adaptada, de la personalidad "normal".
De modo que podemos examinar los grupos o patrones de personalidad patológica, y sospechar que, en el otro extremo, es decir, en menor grado, se encuentran las personalidades "normales".

Los trastornos de personalidad principales son 10. En palabras llanas (entre paréntesis los haikus que hablan sobre ellas):

...Y sus haikus


(9) Personalidad suspicaz, (10) personalidad aislada, (11) personalidad excéntrica, 
(12) personalidad "borde", (13) personalidad inestable, (14) personalidad melodramática, 
(15) personalidad narcisista, (16) personalidad tímida, (17) personalidad dependiente 
y (18) personalidad obsesiva.

Todas esas personalidades tienen todos sus ingredientes comunes. La diferencia está en las proporciones.

Sospecha


Evidentemente la desconfianza es un recurso de supervivencia. En la infancia pasamos por una fase de miedo a los extraños genéticamente programada; la vinculación al grupo en la adolescencia (que incluye la adquisición de la identidad) funciona a través, casi exclusivamente, de la confianza en común. Como contrapartida, la sospecha, la desconfianza o la "paranoia" (una palabra que significa contra el espíritu) nos ayudan a protegernos del mundo y sus amenazas. Previenen el engaño, la manipulación y la utilización por parte de los otros. Su principal mecanismo de activación es la percepción de falta de transparencia en los motivos del otro, o de ocultación de información: la sospecha.

Esa desconfianza la podemos imaginar como un termostato, un interruptor que se activa ante una determinada densidad de información. Por ejemplo, si me encuentro a mi pareja desnuda con otra persona en la cama y diciéndome aquello de "cariño, no es lo que parece", la situación tiene suficiente densidad de información para que yo pueda sacar conclusiones absolutamente independientes de lo que la otra persona me apunte. Esa "densidad de información" casi nunca es tan clara; lo más normal es que existan diferentes explicaciones, unas más amenazadoras que otras, para alumbrar las razones del comportamiento de los demás.

Personalidad suspicaz


La personalidad suspicaz parte de los siguientes principios básicos: los demás pueden ser tramposos en cualquier momento, los demás pueden ser una amenaza ante cualquier oportunidad, las amenazas se pueden neutralizar si estás siempre alerta y, por último, no soy tan bueno como los demás dándome cuenta de esas cosas, así que tengo que vigilar y no bajar nunca la guardia. En cuanto a su relación con el mundo, esta personalidad se puede dar en personas solitarias o muy sociales, abiertamente quisquillosos o reservados, obstinados o independientes.

Date cuenta de que los principios básicos de la personalidad suspicaz los puede abrazar cualquiera; el quiz de la cuestión está en la proporción, en la dosis. En la escena de cama descrita antes todos esos pensamientos tienen cabida. En una situación en la que mi pareja llega media hora tarde del trabajo esos pensamientos también son "posibles", pero no son "plausibles" si no hay una situación general previa concordante con esa sospecha.

Ahora bien: al sospechar que "no soy tan bueno como los demás dándome cuenta de esas cosas"  el suspicaz articula un mundo mental sin fin que es, además, su propio infierno, porque el siguiente paso es "si no veo la trampa es porque no lo he pensado lo suficiente"; es decir, buscará una razón escondida, un motivo oculto, y no parará de sospechar hasta que se le ocurra. Una vez lo tenga en la mente examinará señales, información o indicios que lo corroboren, no atendiendo además a la información obvia, si es contraria a su tesis.

Y los celos


La celotipia (el trastorno emocional por celos) es corriente en la vida de pareja de estas personas. En sus relaciones además se manifiestan permanentemente los agravios de los demás, los ataques en el trabajo, en la vecindad, en la familia, etc. La vida en pareja con una personalidad suspicaz pasa necesariamente por afrontar y superar todo esto en común, pero atendiendo en primer lugar  no los pensamientos troncales ("los demás pueden ser tramposos en cualquier momento, los demás pueden ser una amenaza ante cualquier oportunidad, las amenazas se pueden neutralizar si estás siempre alerta") Sino principalmente el central  "no soy tan bueno como los demás dándome cuenta de esas cosas, así que tengo que vigilar y no bajar nunca la guardia".





sábado, 9 de febrero de 2013

Haiku 8


Amistad y amor comparten intimidad y compañía.
Pero la fuerza de la amistad es la empatía, y la fuerza del amor es el deseo.

Haiku 8. pasión, compañerismo y compromiso

Robert Sternberg publicó en 1986 un famoso (al menos, entre los psicólogos) ensayo sobre los componentes del amor moderno basado en un análisis científico y pulcro, en donde venía a concluir que los componentes básicos del amor son esos tres factores. Sus conclusiones con respecto al efecto del tiempo en relación con estos componentes no son, en mi opinión, tan robustas. Pero vamos por partes.

Pasión


Cualquier relación puede definirse con estos tres ingredientes. La pasión es la capacidad (y la necesidad) de establecer vías de comunicación emocional principalmente relacionadas con la intimidad. Aunque es evidente su conexión estrecha con el aspecto sexual esta pasión no se define exclusivamente por el sexo, ni mucho menos. Se trata de la capacidad de emocionarse y de transferir emoción para construir un espacio emocional conjunto.

Ahora bien: esa pasión no tiene por qué ser siempre afectiva; el enojo y la emoción negativa son también un lenguaje cotidiano en las relaciones de pareja. Yo comunico emociones para generar ese espacio de estado emocional conjunto; cuando amo quiero transmitirlo para sentir que el otro "me devuelve la llamada", y cuando me irrito provoco las situaciones y las comunicaciones adecuadas para percibir que el otro "ha recibido mi mensaje". Necesito hacer saber que amo para sentirme atendido, y necesito hacer saber que estoy enfadado por la misma razón. La pasión, en resumidas cuentas, es un elemento de comunicación y de cohesión de pareja fundamental, con su propio lenguaje.

Al principio tal vez seamos un poco torpes en esto de entender el estado emocional de la pareja, pero en poco tiempo resulta fácil adivinar su estado de ánimo, aún cuando lo intente esconder o lo niegue abiertamente.

La pasión puede ser el único ingrediente de una relación, eso sí, tormentosa; donde la pareja no comparte amistades, redes sociales, propósitos, intereses...  Resulta una interacción muy atractiva por la intensidad de las emociones, las personales y las comunes, y por la exclusión del mundo circundante. Es una relación intensa y exclusivamente íntima.

Compañerismo


El compañerismo por su parte es un elemento congruente con dos aspectos importantes: los intereses comunes y la complicidad. Se trata de la capacidad de establecer una dinámica de pareja entre iguales, amigos, socios. Ser, además de amantes, cómplices. Y compartir intereses comunes, relacionados con el ocio o la sociabilidad, y que esos intereses comunes sean compartidos; no tanto por la imposición de estar en pareja o habitar el mismo espacio como por un genuino interés común.

El factor del compañerismo por sí solo también puede mantener y definir una relación de pareja. Se da cuando ambas personas se entienden y son cómplices en relación a su entorno social y familiar, se toleran y se respetan mutuamente. La comunicación pasional está limitada y suele evitarse el conflicto emocional, se tratan con respeto y con cariño pero todo es muy suave. Esas relaciones pueden durar muchos años por la fuerza de la inercia y la comodidad; sobre todo si ninguno de los dos es emocionalmente inestable, "resbaladizo".

Compromiso


En cuanto al compromiso, trata de la capacidad de concordar los objetivos. Es un aspecto fundamentalmente relacionado con los propósitos y con los planes de vida (por supuesto, no tener un plan de vida también es un plan de vida).

El compromiso obviamente puede mantener por sí solo un proyecto de pareja, no voy a abundar en lo evidente. Por ejemplo las relaciones que se mantienen "por los hijos" o "por el estatus", o relaciones en las que uno de los dos, o ambos, mantienen un proyecto de proyección pública.

También son populares las relaciones de dos ingredientes: pasión y compañerismo en parejas jóvenes, o con hijos de anteriores relaciones que mantienen independientes esos dos mundos, o parejas de personas marcadas por una fuerte autonomía. La combinación pasión - compromiso se da en relaciones más públicas, pero en las que sus componentes viven lo cotidiano de forma separada. No comparten círculos de amistades ni actividades, solamente lo referente a la familia y la intimidad. En cuanto a las relaciones de compañerismo y compromiso se dan en parejas que iniciaron una vida en común y con el tiempo han desarrollado una identidad independiente, pero mantienen los lazos formales y las relaciones públicas.

Y  el tiempo 


Por lo que se refiere al tiempo y su efecto con respecto a  estos elementos en mi opinión el pasional resulta ser el factor más resistente. Ya he dicho antes que la pasión pude no ser afectiva, y que trata de la capacidad de establecer un escenario emocional común. Con el tiempo aumentamos nuestra capacidad de entender y manipular las emociones del otro. Además, los vínculos afectivos (hablaremos de ellos en otra entrada) se refuerzan con la convivencia a través de las experiencias comunes, para bien y para mal. Esta fuerza de unión es una de las razones por las que las parejas fracasadas insisten en la convivencia, aún cuando ésta es destructiva. Podemos resumirlo diciendo que comunicar emociones intensas "engancha", incluso cuando éstas sean negativas.

El ingrediente más sensible al paso del tiempo es el compromiso, porque está basado en objetivos, y éstos, a medio plazo, se cumplen (con lo que dejan de serlo) o se sustituyen por objetivos nuevos, que a su vez pueden ser comunes o no.

Por último una cuestión crítica que pronostica la salud o la toxicidad de la relación es la capacidad de adaptarse al flujo del tiempo; nuestra plasticidad. Intereses que fueron comunes una década atrás pueden haber dejado de serlo hoy, del mismo modo que los objetivos. Mi forma de expresar mis emociones ahora, y la misma naturaleza de éstas, cambiarán sutilmente con el tiempo porque yo también cambio sutilmente, crezco y crecen mis perspectivas, mi mundo mental y su riqueza, mis vínculos, mis deseos, mi personalidad. Si cuando  conocí a mi pareja necesitaba un 60% de pasión ahora necesito más, por ejemplo, de amor compañero. No siempre las personas evolucionan en la misma dirección, desde luego, pero si no atiendes y cuidas las relaciones de forma consciente, entendiendo su funcionamiento, entonces dejas toda la concordancia necesaria en manos de la casualidad, o de la suerte.



miércoles, 6 de febrero de 2013

Haiku 7

Soy como soy hasta que me hago daño

Haiku 7. de la identidad


Ya hemos visto  que el temperamento se hereda ("Es igual de nervioso que su madre") el carácter se aprende ("se le cambió el carácter desde el divorcio") y la personalidad se construye, con ese material y con muchas otras cosas. Todo esto nos servirá para poder entender la pasta de la que estamos hechos. Es obvio que no podemos cambiar nuestra genética ni prever nuestros accidentes en la vida, pero también es verdad que somos mucho más  complejos, y que nuestra personalidad , nuestro "conjunto", se expresa en nuestra forma de ser  que es  consistente y estable. Somos como somos siempre o casi siempre.

Introversión y Extroversión


Por ejemplo: soy extrovertido. Eso es cierto siempre, porque siempre soy yo mismo. Es verdad que algunas experiencias pueden cambiar mi carácter, y hacerme por ejemplo más huraño y por tanto menos comunicativo; o puedo ser tímido ante las personas porque me he sentido en ridículo en algún momento.  Entonces diré: "antes era muy extrovertido, pero la vida me ha hecho ser más prudente" Sin embargo, los que me tratan  dirán "cuando lo conoces, Agustín es muy extrovertido". En otras palabras, sigo siendo extrovertido, solo que ahora cuesta más que se me note; la vida puede hacerme tímido, pero introvertido no lo seré nunca.

La introversión y la extroversión son un componente fundamental de la personalidad; todos los seres humanos se pueden medir en ese aspecto e independientemente de su cultura, su edad o su condición social.

Estabilidad y Neuroticismo


Otro componente fundamental es la estabilidad emocional. Hay personas emotivas (algunas podríamos decir que son "exclamativas")  como una montaña rusa  y otras estables (algunas podríamos decir que son " impertérritas") ante las situaciones emocionales.

Empatía y Anampatía


Por último está el factor fundamental de la empatía. Algunas personas son muy empáticas, tienen mucha facilidad para comunicarse con otra persona en un nivel emocional, mientras que otras son muy anampáticas, tienen facilidad para distanciarse emocionalmente del otro.

Estos tres factores combinados explican los patrones (a grandes rasgos, claro) de todos los seres humanos. Son ocho combinaciones que tienen muchas variantes, porque hay diferencias de grado en cada persona.

Nosotros nos formamos con una identidad que explota como "nuestra forma de ser" en la adolescencia, cuando se constituye, y se extiende estereotipando nuestro comportamiento, fosilizando nuestra identidad y nuestra forma de relacionarnos con el mundo, hasta que las cosas que nos pasan en la vida ya no las podemos resolver con esos recursos; bien porque las demandas del entorno son más complejas, o porque nuestras aspiraciones nos obligan a reinventarnos, a superarnos, o bien porque nuestra forma de ser, llevada al extremo, se ha convertido en una fuente de infelicidad y de daño.

Es el momento en que necesitamos conocernos y entendernos para poder ser felices.
Nos sacamos el carnet de conducir nuestra propia forma de ser.
Y aprendemos que es una mala idea sostener el "Soy como soy", a cualquier precio.

domingo, 3 de febrero de 2013

Haiku 6

La personalidad es el paquete de respuestas que me adapta al medio. 

Haiku 6. de la identidad

Con mucha frecuencia utilizamos la personalidad como sinónimo de identidad. Y suele reservarse el temperamento, o el carácter para definir aspectos de la conducta más puntuales. Es decir: hablamos de la personalidad como algo complejo y más estable, y del temperamento o el carácter (a menudo no se distingue entre ellos) como algo relacionado con nuestra conducta más que con nuestra identidad, y más volátil.

Echando mano del diccionario, temperamento se define como "carácter, manera de ser o de reaccionar de las personas" , de modo que aquí también se utilizan como sinónimos. Y personalidad se define como "diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra"

Vamos a ver si lo aclaramos un poco.

Personalidad


"Persona" era el nombre común de las máscaras romanas con las que los actores caracterizaban a sus personajes. Todos tenemos en mente las dos más populares hoy,  Dionisos y Tánatos, las máscaras alegre y triste con las que se suele simbolizar el mismo acto teatral. Por aquellos tiempos era muy útil utilizar máscaras claramente diferentes para que el público pudiera reconocer a los personajes y su papel en la obra con facilidad. El espectador de la época distinguía al instante las facciones, el color y la forma de la máscara del esclavo, la señora de la casa o la el viejo verde, por poner unos ejemplos.

Podemos aprovechar este modelo para concretar la personalidad como un conjunto de rasgos y características que definen la singularidad de un ser humano, y lo individualizan con respecto a otro.

Temperamento


Las máscaras romanas podían ser de varios materiales, pero vamos a  fijarnos en las de madera. Para poder  curvarlas y que se adaptaran a la cara o a la cabeza el artesano las colocaba en  un horno en que, sin arder, se ablandaban lo suficiente para poder darles forma. Aunque las máscaras tuvieran los mismos rasgos, por la constitución de la madera, sus nudos e impurezas, y por la diferencia de elasticidad con respecto a la temperatura aplicada, lo cierto es que no salían dos exactamente iguales. Ese proceso de creación que incluye el material y la temperatura es el templado, y la base con la que se creará esa máscara la podemos llamar temperamento.


Podemos aprovechar este modelo para concretar el temperamento como un conjunto de rasgos y características que especifican la base genética y el medio biológico y ambiental en los que el organismo se ha desarrollado.

Carácter


Es fácil imaginar que los actores de la época pasaban muchas penurias; el oficio no estaba tan reconocido como hoy, y su vida era errática y algo incierta. Seguramente pasaban de una ciudad con teatro estable a otra, dando tumbos y acarreando consigo sus enseres y sus telares. Seguro que reconocían sus máscaras de las de cualquier otra compañía no solamente porque, aunque se parecieran mucho, no eran iguales, no tenían el mismo temperamento, sino porque además con el paso del tiempo habían sufrido golpes, inclemencias y accidentes que las habían marcado de forma única. La palabra griega para "marca" era "carácter".

Podemos aprovechar este modelo para concretar el carácter como un conjunto de marcas, de rastros biográficos, únicos para cada individuo.

Este es un haiku primerizo, para poder ponernos de acuerdo en sobre qué estamos hablando. Ayuda a distinguir lo que hacemos de lo que somos, y a reconocernos en nuestra personalidad, nuestro carácter y nuestro temperamento.



sábado, 2 de febrero de 2013

Haiku 5

Un hombre solo vive en una madriguera. Una mujer sola vive en un nido.

Haiku 5. del género y el tiempo

Al comparar hombres y mujeres siempre acabamos diciendo una mentira, o una verdad incompleta. Si decimos por ejemplo que los hombres son más fuertes que las mujeres, o más rápidos, menos limpios, o lo que se nos ocurra, encontraremos mujeres más fuertes que la mayoría de los hombres, u hombres obsesivos con la limpieza, y así con cualquier otra supuesta desigualdad. El sexo no explica ninguna de esas diferencias.

Sin embargo una cosa es cierta: los hombres y las mujeres son diferentes. Eso parece obvio, pero no es fácil concretar en qué.

Por lo que se refiere a las competencias y habilidades psicológicas y psicomotrices, la mayoría de las supuestas diferencias han caído hace tiempo. No hay diferencias en cálculo, ni en lenguaje, ni en memoria, ni en el conjunto de las inteligencias que un test o una batería de ellos puede calibrar. Persisten aún algunas diferencias estadísticamente significativas en rotación espacial (el cerebro masculino es supuestamente más hábil rotando mentalmente una figura en el espacio)  y en la capacidad de psicomotricidad fina (el cerebro femenino es supuestamente más hábil en destreza manual). Pero esas diferencias están también bajo sospecha, y posiblemente caigan pronto, si no lo han hecho mientras escribo estas líneas. Nadie pone en duda que la diferencia masculino - femenino no se da ni en inteligencia fluida,  ni en competencia, ni en habilidades.

Entonces, ¿cómo somos diferentes?


Obviaremos también el aspecto biológico: el cerebro femenino no está siempre en un cuerpo femenino, y lo mismo puede decirse del otro género. Dicho de otra manera: género y sexo no son siempre coincidentes. Por otra parte las diferencias biológicas se limitan al sistema neurohormonal. Nuestro interés no está centrado en los aspectos mecánicos del ser humano, sino en la relación del ser con el mundo. En cualquier caso sí es importante atender a una cuestión que desde la biología se ha explicado pocas veces: en el desarrollo del feto humano (y en general, en el desarrollo de las formas de vida, con contadísimas excepciones) la diferenciación, el cambio, es femenino. Por decirlo en palabras sencillas: al empezar a crearse todos los sistemas nerviosos son masculinos, o por decirlo más exactamente todos son neutros. El sistema femenino es el que se diferencia.

Desde el punto de vista de la memoria emocional y de la cognición hay algún aspecto que puede diferenciarnos con relativa claridad. Por ejemplo la vivencia del tiempo.

Francis Crick, el científico codescubridor de la molécula de DNA, se planteaba la continuidad del ser partiendo de la idea de que la mayoría de las células con las que nacimos no existen ya. No queda casi nada de lo que fuimos, si nos definimos como una colección de células. Y sin embargo tenemos una conciencia continua de identidad, somos nosotros desde que tenemos autoconocimiento.

Cerebro masculino, Cerebro femenino


Esa conciencia de continuidad en la existencia es común a los dos géneros, pero se vivencia de forma diferente. El cerebro masculino (el cerebro neutro) tiende a establecer estadios discontinuos de tiempo, a buscar paréntesis temporales. En otras palabras, se siente estable si percibe que nada cambia.

El cerebro femenino es mucho más sensible al paso del tiempo, y necesita a menudo expresar, "hacer realidad" ese cambio. Una decoración, por ejemplo, que no cambie o cambie poco, en pequeños detalles, proporciona una percepción de estabilidad a la mente masculina pero incomoda a un cerebro femenino. Es necesario hacer evidente, hacer realidad, el cambio.

Se entiende entonces que los objetos que nos rodean, y que definen nuestro espacio de cotidianidad, nuestro hogar, deben tener, además de funciones de comodidad y usabilidad,  una función significante "de cambio" que una mente femenina necesita, y que es opaca para una mente masculina. Eso mismo está relacionado con la estética, que caduca o cambia, y con el  papel que cumplen algunos de esos objetos, aparentemente inútiles, pero que dan sentido e identidad al conjunto.

Un cerebro masculino en soledad define un espacio vital minimalista y funcional. Estático.
Un cerebro femenino en soledad desarrolla una capacidad de traducir a su entorno dos aspectos definitorios: su propia identidad y su dinámica de cambio.
Es el significado del Haiku 5