Bienvenida

Divulgación de psicología orientada a la resolución de problemas.
Este blog trata de emociones, conducta, personalidad y relaciones humanas.
Cada haiku es una condensación respecto a una definición, o a una idea.
Los textos son herramientas de reflexión. Explican el origen del haiku, pero su sentido se lo da cada cual.
Si buscas información para entender el comportamiento, espero serte útil.
Cualquier comentario es bienvenido.

sábado, 8 de febrero de 2014

Haiku 20

No me chilles que no te veo

Haiku 20. del canal en la comunicación

Watshapp, Faceboock, redes.

Psicología y comunicación son dos palabras anudadas. En la consulta ha sobrevenido últimamente un matiz nuevo al problema de la comunicación: casos de ruptura de pareja en los el cónyuge abandonado no deja de mirar las actualizaciones del facebook del otro, o su última conexión en Watshapp. También madres y padres preocupados por el tiempo que sus hijos están conectados a las redes sociales, frente al ordenador, o a los juegos on line. 

Paradójicamente esos mismos progenitores y esos cónyuges plantados se quejan de la falta de comunicación. ¿Estar conectados desconecta ? ¿Cómo podemos estar conectados y desconectados al mismo tiempo? Aristóteles ya nos dijo que una cosa no puede al mismo tiempo ser y no ser. Y no hacía falta ser muy listo.

Aristóteles no tenía Tuenti

Pero también se preocupó por la comunicación. Decía que hay que analizar  lo que se dice, cómo se dice y quién lo dice. 

Lo que se dice es el contenido.  "María es muy atractiva" .

Cómo se dice es la emoción que transmito con mi mensaje. "¡Qué buena está María!" . Es lo mismo, pero no es igual.

Quién lo dice lo traduciríamos hoy por "el canal". Si no conoces a María todo dicho no vale mucho. Si eres su pareja no es lo mismo que si eres su tío. También tiene que ver con el medio; "información escrita" en el caso de la frase del ejemplo, lo que deja fuera a las personas analfabetas o desconocedoras de mi lengua. Sólo sintoniza el canal "lector".

Pero fíjate que hemos colocado el "canal lector" en un blog, en la red. No está en una  valla publicitaria, el titular del periódico, un rótulo, el tablón de anuncios de la escalera. Y estando al alcance de todo el mundo sólo los lectores de este texto leen este párrafo. El canal está abierto, el contenido no está encriptado, se escribe de forma que cualquiera puede entender. Pero sólo llega el mensaje a quien sintoniza.

Los Beatles

En los años 60 del siglo pasado el canal "música popular" pasó a ser el medio de comunicación de la juventud. Hubo espacio para todos, trascendentales e intrascendentes, comprometidos y superficiales. En ese canal se transmitía la información que la gente joven estaba buscando, sus temas de su interés: el amor, el desamor, la soledad, la incomprensión, la compañía, las emociones. Los mayores de 50 conocían el soporte, la música, y podían oír exactamente la misma información. Pero no estaban sintonizados. El significado no estaba en el canal ni en el emisor, sino en quien recibía el mensaje.

Hoy el  canal también añade significado. Fíjate: hasta la invención de la radio y la telegrafía el canal se confundía con el soporte. Por supuesto podías falsificar un escrito y hacer creer que otro era el autor, pero no estamos hablando del emisor sino del receptor.  En 1938 Orson Wells transmitía "La guerra de los mundos" simulando un informativo. "Quién" fue lo que llamó a confusión a miles de ciudadanos alertados por la supuesta invasión alienígena (si no conoces la anécdota echa un ojo al artículo de Wikipedia). Para la mayoría de los oyentes "Quien" era un servicio informativo; los que habían oído la introducción sabían que "Quien" era el elenco de actores de radio teatro. Para todos el canal y el soporte eran el mismo: la emisora.

En resumen: hasta el siglo XX "canal" y "soporte" eran en la práctica intercambiables y hoy se han ido cada uno por su lado.

Hasta entonces la "sintonía" era analógica; estás sintonizado o no lo estás. Hoy es digital: puedes estar algo sintonizado, pero no lo suficiente.

En la onda

En el caso de los adolescentes aislados o los padres desintonizados, antes de dar por hecho que el problema está sólo en una parte hay que revisar si realmente existen alternativas, es decir, si damos opciones de comunicación además de las que da el simple contacto. Parafraseando a Tácito, los jóvenes encerrados pueden confundir la soledad con la paz, tal vez porque el entorno puede ser hostil o simplemente asfixiante. Resolverlo con un "a su edad yo estaba todo el día en la calle con amigos" no soluciona el problema, culpabiliza a una parte y, al final, "la calle con los amigos" es hoy sobretodo un espacio virtual, de modo que tampoco es una alternativa. Otra cuestión, claro,es el asunto de "que les de el aire". Pero es fácil entender que nadie quiere salir a sentarse en solitario en una acera, sólo porque "tiene que salir más". No sé, proponer alternativas realmente atractivas tampoco está de más, ni es tan difícil ¿no crees?

Borra el chat

En cuanto a la cuestión de la dependencia emocional después de la ruptura es muy importante conservar la autoimagen, y desconectarse de la vida del otro. No irías a hacer guardia en la puerta de su casa, a la salida de su trabajo, o a hacerte invisible tras la barra del local que frecuenta. Tampoco pincharías su teléfono, ¿verdad?. Que no te vea rastrear por el Watshapp o el Facebok no te hace inmune al deterioro que significa para ti aceptar tu patetismo, aunque sea sólo ante ti. O mejor: especialmente por eso.

Deja de maltratarte y desenchufa.